Velia Vidal
Primera parte
Danilo y el dolor de estómago
Sonó la campana, salimos corriendo
Vitalino Mecha, mi mejor amigo
Me estaba esperando aunque ya gruñendo
Como era costumbre, se iría conmigo
Caminamos juntos hacia la vereda
Saltamos los charcos, cogimos moritas
Y de entre la hiedra que todo lo enreda
Sacamos batatas para hacerlas fritas
Tumbamos guayabas, cogimos limones
Y así se nos hizo muy corto el camino
¡Es hora de almuerzo niños juguetones!
Gritó doña Alicia, desde su molino
Había un sol picante y hacía calor
Como para echarse un baño en el río
Acordamos vernos después del sabor
Por el charco de Cilo, que es un tío mío
Pasado el almuerzo yo me despedí
Mi mamá me dijo “Mejor reposate”
Yo que soy bien terco, nada le atendí
Y encima de todo cogí un chocolate
Vitalino Mecha ya estaba nadando
Y me retó a un salto desde el marañón
Para descrestarlo me tiré saltando
Y con dos volteretas gané su atención
Cogimos la champa de mi tío Cilo
Con su canalete pa’ poder remar
Navegamos largo y al mejor estilo
De los grandes buques que van por el mar
Íbamos bajando y sonó un motor
Era el señor Lucas con su cargamento
Nos dio unos bananos del gajo mejor
Porque Vitalino era su menor nieto
Ahí nos arrimamos a comer bananos
Cuando mi barriga empezó a sonar
Nos dio mucha risa, hasta nos revolcamos
Porque los crujidos no querían parar
Luego vino un viento, con fétido olor
Y por la flatulencia Vitalino huyó
Me gritó de lejos con voz de cantor
“Tus hediondos peos no los aguanto yo”
“Si eso se tratara solo de mear,
Te decía que hicieras por el pichindé
Pero tenés ganas es de ir a cagar
Usá el inodoro de quien te lo dé”
Que si los bananos, que si el chocolate
Que si haber nadado aún sin reposar
Yo ya lo sabía sin ser disparate
Que ya me tocaba correr a cagar
Como ya era tarde para reaccionar
Escogí meterme cerquita en el monte
Ya después vería cómo iba a limpiar
O el que se tropiece, toca que lo afronte
Me metí a un ladito donde no se viera
Bajé rapidito mi pantaloneta
Que tener descanso ojalá yo pudiera
Luego de cagar de forma discreta
Mientras iba haciendo mi necesidad
Supe que no estaba en sitio seguro
Había un Yarumo en la vecindad
Estaba metido en verdadero apuro
Vi que las hormigas venían bajando
Muy organizadas de manera sabia
Unas por mis piernas ya se iban trepando
En mis pies y nalgas soltaron su rabia
Sacaron tenazas, soltaron veneno
Las muy testarudas me hicieron su presa
Mordieron con ganas y con desenfreno
Casi se me suben hasta la cabeza
Por culpa de ellas no tuve descanso
Ni una sola roncha en mi cuerpo cabía
Así que les iba a acabar su remanso
Yarumo y hormigas los arrasaría
Corrí como pude hasta donde mi abuelo
Y me iba bajando una que otra hormiga
Todavía mierda caía por el suelo
Pero ya no tenía dolor de barriga
Le narré llorando lo que había ocurrido
Dije que a toditas quería matarlas
Y que ese Yarumo, cómplice bandido
Tenía que cortarlo por alimentarlas
“Bañate primero, mi nieto Danilo,
Ese horrible olor quítatelo con maña
Que yo mientras tanto el machete afilo”,
Dijo con gran calma el viejo Romaña
Agarró su pala, cogió su machete,
No cogió veneno, yo me sorprendí
Si ellas se regaban como un gran tapete
¿Cómo iba a matarlas? ¡Lo desconocí!
Si todos decían que el viejo Romaña
Sabía del monte sin tener igual
No llevó veneno, de manera extraña
Siendo el más sabido de este litoral
Ya íbamos llegando y lo vi junto al río
Vitalino Mecha me estaba esperando
Aún no comprendía semejante lío
Y se nos sumó para ir caminando
Llegamos al punto, aún olía hediondo
Mi abuelo Romaña me entregó la pala
El fino machete lo guardó hasta el fondo
Que porque su bosque el ya no lo tala
Tierra de capote me mandó a coger
Para que tapara todo lo cagado
Que a nadie mi mierda fuera a sorprender
Aunque uno en el monte anda con cuidado
Nos llevó a sentarnos junto al carbonero
Que quería dejarnos unos dos consejos
Él debía enseñarnos el mejor sendero
Porque del abuelo somos los reflejos
Nos contó la historia de cambio del río
Vino una creciente y los despertó
El agua anegaba todo el caserío
Cultivos, canoas, casas azotó
Tuvieron que irse hacia nuevas tierras
Supieron la causa y ya era muy tarde
Dejaron por siempre tantas motosierras
Para que la selva siempre los resguarde
Les tocó empezar con todo de cero
Sembrar nuevos frutos y nuevos cultivos
Trabajar muy duro hasta con aguacero
Dejar los oficios que fueron lesivos
A donde llegaron no había mucho bosque
Lo habían talado desde tiempo atrás
Pero allá moraban hormiga y Yarumo
Y venían creciendo con matas detrás
Al paso del tiempo fueron viendo todos
Que bajo el Yarumo surgía la vida
Unas nuevas plantas se hacían sus modos
Para usar la sombra y buscar comida
“Y este monte joven que ustedes ven hoy
Fue por los Yarumos que pudo crecer,
Se los digo ahora que ya viejo soy
Que he visto estas tierras en ir y volver”
Hablaba el abuelo con melancolía
Pero a la tristeza no daba cabida
Se veía claro lo que él quería
Darnos un mensaje pa’ toda la vida
“Y es que ese Yarumo ahí donde lo ven
Con tronco delgado y apariencia débil
Sirve como nadie a nuestro sostén
Para que esta tierra no se vuelva estéril
Y aunque no lo noten sus pequeños ojos
Pasan cosas grandes dentro de esta selva
Aquí tienen uso hasta los gorgojos
Y algunos misterios no hay quien los resuelva
Las grandes hormigas en su desespero
Si les ponen nalga, nalga morderán
Porque ellas no cesan en su gran esmero
De cuidar la casa que siempre tendrán
Bien puedan mis niños y sigan jugando
Dentro de esta selva hay mucha diversión
Pasé muchas tardes en el río nadando
Y tengo por esto una gran pasión”
Cogió su machete y se fue acomodando
Nos bajó dos cocos antes de partir
Mientras los pelaba seguía narrando
Y con gran firmeza remató al decir
“Que les quede claro antes de yo irme
Que no es buena idea en el monte cagar
Y que para siempre deben de cumplirme
Que hormiga y Yarumo se deben cuidar”
Segunda parte
hormigas atacadas
Aquí en este Yarumo el trabajo no para
Recorremos hojas, bajamos, subimos
Sabemos de siempre lo que nos depara
Con tanto que hacer, no nos aburrimos
Nuestra reina y madre, primera habitante
Llegó una mañana a este joven Yarumo
Se posó en su tallo de forma elegante
Y tomó sus partes para su consumo
Empezó a tenernos a muchas hermanas
Nos iba enseñando a hacer las labores
Recoger comida todas las mañanas
Y cuidar al Yarumo de sus predadores
De una enredadera o hierba rastrera
De alguna serpiente de las cazadoras
De osos perezosos o iguana cualquiera
Debíamos protegerlo como cuidadoras
Y es que lo cuidamos con penas y glorias
Porque es nuestra casa y nuestro alimento
Y además sabemos por viejas historias
Que hasta de la selva es un gran sustento
En aquella tarde como muchas otras
Laborábamos fuerte y con diligencia
Era una costumbre entre todas nosotras
Llenar la alacena requiere paciencia
Por ser esos días los de floración
Teníamos muchas tareas que hacer
Lo que generaba una gran tensión
Incluso unas veces tocaba correr
Vimos desde arriba un señor cucarrón
A nuestro Yarumo pretendía subirse
Ir a detenerlo era nuestra misión
Si sobrevivía, tendría que irse
En una cuadrilla de unas cien hermanas
Por considerar que era grande presa
Bajamos luciendo todas las tenazas
Ese cucarrón tendría su sorpresa
Le picamos todo su grueso pellejo
Unas por las patas, otras por la panza
Resultó muy fácil, pues ya estaba viejo
El pobre animal no tuvo esperanza
Cantamos victoria y celebramos un rato
Sin saber del peligro que corrían nuestras vidas
No pudo predecirlo ni el mejor olfato
Resultamos siendo las más sorprendidas
Primero fue un chorro de gran proporción
Que a algunas ahogó por cómo caía
Otras alcanzamos a hallar protección
Eso no era lluvia, nadie comprendía
Era agua caliente y de sabor salado
Supe por las gotas que no lastimaban
Todas las hormigas que había a mi lado
Tenían mucho miedo, apenas temblaban
Eso no podía ser agua del cielo
Porque también daba visos amarillos
Aquí cualquier lluvia moja todo el suelo
Y esto no lo hacía, eran como flequillos
Pensamos que era por el cucarrón
Aunque él no tenía amigos en el medio
Que fueran a venir en su protección
Y ya estaba muerto, no había más remedio
El caso es que el chorro nos desordenó
Ya no era cuadrilla, era caos de hormigas
A cuidar a otras ni una se dignó
Y nos atacábamos como enemigas
Después de tanta agua vino lo peor
Una cosa extraña se nos posó encima
Tenía un orificio y un fétido olor
Que más se sentía en este húmedo clima
Por el orificio se oían salir sonidos
Con vientos extraños de soltaban gotas
De un líquido café que dejaba aturdidos
A quienes no estaban en zonas remotas
Era una sustancia hedionda y viscosa
Caía de a pocos y con lentitud
Y a quien atrapaba de forma forzosa
Quedaba bien muerto y sin ataúd
Para ese momento ya nos alertamos
No podíamos seguir cada una escondida
A nuestras hermanas morir no dejamos
Si era necesario daríamos la vida
Salimos al ataque de esa cosa extraña
Por donde pudimos nos fuimos subiendo
Pedimos refuerzos a dos grandes arañas
Hasta que esa cosa se alejara huyendo
Cuando la picamos la primera vez
Vimos que no era otra cosa que piel
Podíamos librarnos de su hediondez
Mordiendo con fuerza el orificio aquel
Después de propinarle su gran merecido
Fuimos comprendiendo aquella situación
El chorro era orina, caliente fluido
Y líquido mierda, ¡Qué gran desazón!
Lo que no entendimos era la razón
De venir a hacernos semejante daño
Si a nadie estorbamos en esta región
Solo si al Yarumo lo ataca un extraño
Cuando ya subimos a nuestra morada
Quienes de algún modo pudimos vivir
Vimos a la reina bastante asustada
Y nadie intentaba volver a salir
Mi madre lloraba a sus hijas muertas
Y de las que huyeron no quería saber
“Son unas cobardes y unas inexpertas
Que a nuestra colonia no piensen volver”
Nuestra sabia madre, en la selva experta
Después de calmarse llamó a convención
Quería escuchar la historia completa
Para tomar juntas una decisión
Nos pidió narrarle los hechos vividos
En medio de lágrimas y aún alteradas
Contamos lo que habíamos sufrido
Y hasta analizamos historias pasadas
En tiempos de antes que aún aserraban
La cosa era dura, no había compasión
Creían sin saber que si el Yarumo cortaban
Podría prestarles una mejor función
Con esa creciente ellos aprendieron
Y así ya pudimos vivir con más calma
Las aguas crecidas también nos sacudieron
Y así nos hicimos de este bosque el alma
Las lluvias que anuncia con su hoja el Yarumo
O las fuertes mareas que empujan al río
Nos ponen trabajo de cuidado sumo
Lo que no se trata de un gran desafío
Lidiamos a ratos con los curanderos
Que toman las hojas para hacer remedio
Ellos ya conocen bien nuestros senderos
Y no se detienen en ningún asedio
Pero este ataque que nos era nuevo
Venía a atormentarnos la cómoda vida
No podía explicarse aquel hecho malevo
Debíamos buscar la mejor salida
La reina pidió silencio y espacio para pensar
Buscaba la mejor forma para a todas proteger
A su querido Yarumo no quería abandonar
Para poder evitarlo algún plan debía tener
Nos anunció nuestra madre que era su decisión
Que fuéramos a la copa para mejor divisar
Algún Yarumo más joven que no llame la atención
Nos iríamos de noche, para así colonizar
Arriba nos encontramos con esa iguana ladina
La sagaz aprovechó que ninguna hormiga estaba
Se vino a comer Yarumo y convidó a su vecina
Y cuando nos vio venir la estrategia ya pensaba
“¿Y por qué están tan cabizbajas
Mis bellas y diligentes hormigas?
Si ustedes tienen grandes ventajas
¡Créanme!, lo he visto todo mis amigas
Tengo una propuesta muy clara y sencilla
Yo les puedo describir todo lo que ha sucedido
Pero antes me permiten, alimento sin rencilla
Y les doy la solución al problema que han tenido”
Comió pues la iguana hasta que se llenó,
Y saltó a la rama de un cámbulo vecino
Con la misma sagacidad de siempre actuó
Con su desconfianza y su andar mezquino
En esta ocasión cumplió su palabra
Y nos contó todo la iguana sagaz
Desde el agarrobo vio la escena macabra
Y mientras reía contó suspicaz
“Todo esto se trata de una gran cagada
Fue el niño Danilo que es muy inexperto
No es ningún ataque, no les hará nada
Su dolor de estómago le causó desconcierto
Ya le quedó claro por sus picotones
Que no es buena idea en el monte cagar
Y el viejo Romaña explicó en dos lecciones
Que hormiga y Yarumo se deben cuidar”
Y así fue como todo al su cauce volvió
En nuestra colonia a la reina explicamos
A pesar de todo hasta risa nos dio
Por una cagada casi nos marchamos
Tercera parte
el viejo Romaña
Tejía unas redes con grandes puntadas
Donde no se enrede ningún pez pequeño
Para que los mares y nuestras quebradas
Conserven riqueza como es nuestro empeño
En esas sentí que llegaba Danilo
Mi nieto travieso y además sabiondo
Entró sin guardar nada de sigilo
Lloraba, alegaba y olía bien hediondo
Muy rápido supe lo que había pasado
Yarumo y hormigas me pidió matar
Lo que él no sabía que tenía preparado
Era una lección para nunca olvidar
Yo lo acompañé hasta el lugar de los hechos
Y ahí estaba todo lo que había dejado
Su plasta de mierda llena de desechos
Y el montón de hormigas que había matado
Después de ponerlo a tapar su reguero
Lo llevé a que atento todo me escuchara
Nos sentamos juntos bajo el carbonero
Quería que este monte también él cuidara
Le hablé de mis tiempos como aserrador
Corté nazarenos, choibás y cativos
Siempre me llevaba el guayacán mejor
Aserré yo tanto que perdí los estribos
Para irnos metiendo a sacar lo mejor
Cambiamos el cauce natural del río
Y aún ignorábamos que era lo peor
Habíamos sentenciado nuestro caserío
Las más bellas casas de este litoral
Los botes más grandes y mesas hicimos
Con tanta madera, fino material
Mientras acabábamos con nuestro destino
Detrás de cada árbol iban animales
Pavones, pericos y hasta grandes micos
Hacíamos mucho daño en esos jornales
Y así aspirábamos a volvernos ricos
Eso fue hasta el día de aquella creciente
Que en muy poco tiempo con todo arrasó
Gallinas, sembrados y por poco gente
El río a la fuerza volvió y se encausó
Entonces mudamos todas las viviendas
Nos tocó forjarnos aquí un nuevo hogar
En cada familia cambiamos las sendas
Con nuevos oficios para no dañar
Una nueva forma de vivir hicimos
Donde se respetan el río y la selva
A las motosierras a callar pusimos
Para que este bosque a su origen vuelva
Yo me he vuelto viejo y doy mi consejo
Porque los pequeños no lo saben todo
Debemos servirles como buen espejo
Pero si no escuchan, no los incomodo
Así a cada uno según lo que toque
Yo le narro el cuento de lo que he vivido
Les doy enseñanzas sobre nuestro bosque
Pa que no se pierda lo que se ha aprendido
A mi nieto Danilo me tocó enseñarle
Que no es buena idea en el monte cagar
Y que para siempre debe de ocuparle
Que hormiga y Yarumo se deben cuidar
Epílogo
el sabio Yarumo
Al pobre Danilo se le hinchó la nalga
Una gran nostalgia a Romaña invadió
Entre mis hormigas el miedo cabalga
La iguana ladina fue quien más ganó
Yo aquí desde arriba lo veía todo
Sentí algo de angustia del pobre Danilo
Y quise ayudarle pero no había modo
Su gran sufrimiento aún no lo asimilo
Sé que las hormigas muerden con dureza
Sobre todo cuando sienten amenazas
A nadie deseo convertirse en su presa
Ni ser una víctima de aquellas tenazas
Se veía chistoso Danilo corriendo
Buscando al abuelo para que me cortara
Ingenuo el pequeño no estaba sabiendo
Que el viejo Romaña a este monte ampara
Son muchos los años que lleva vividos
Ya aprendió el secreto para habitar en paz
Conoció la selva en muchos recorridos
Con calma y armonía, vive con solaz
Y mientras Romaña lección impartía
Aquí las hormigas sufrían su pena
Era una tragedia lo que se vivía
Querían marcharse a una casa ajena
Pensaron dejarme, sentí desazón
Si yo no las tengo vulnerable soy
Son quienes habitan en mi corazón
Por eso alimento y casa les doy
Yo las necesito como ellas a mí
Riegan mi semilla y también me cuidan
Por eso a estar solo un momento temí
Ya sé que al marcharse de todo se olvidan
Vi cuando llegó la iguana ladina
No me imaginé que fuera a salvarnos
Con la misma lengua que todo fulmina
Les contó la historia que pudo ayudarnos
Es que doña iguana ahí donde la ven
Con su lengua larga siempre arma tropel
Luego sale huyendo de todo vaivén
Y se esconde fácil por su verde piel
Y si dado el caso la van a coger
Salta desde lo alto la iguana atrevida
Se cree voladora, que sabe correr
Por eso es que tiene una pata torcida
Pero hoy se merece mi agradecimiento
Si ella no coopera aunque por conveniencia
Yo ya me hallaría en profundo lamento
Habríamos perdido nuestra convivencia
Ya las hormigas a su oficio volvieron
El viejo Romaña se dedicó a sus redes
Los niños jugando en el río siguieron
Y la iguana verde siguió en sus mercedes
Retornó aquel orden que este bosque tiene
Que hemos aprendido con mucha atención
Que por nuestro esfuerzo aún se sostiene
Por eso asumimos siempre esta misión
Yo seguiré aquí en mi sitio plantado
Anunciando aguaceros y prestando salud
Dando mi sombra a árboles de crecer pausado
Para que luego se expandan con amplitud
Y lo diré siempre a quien pueda oírlo
Este bosque espeso sabe darlo todo
Lo único que pide es evitar destruirlo
Y dará beneficios desde cada recodo
Que en esta selva hay un gran secreto
Y unas verdades que no pueden eludir
Esto se trata más que nada de respeto
Y conservarlo todo para un mejor vivir.
Y así como Danilo aprendió algo elemental
Que no es buena idea en el monte cagar
Que se sepa en todo pueblo de este litoral
Que hormiga y Yarumo se deben cuidar.
Velia Vidal is a poet from the Chocó, on Colombia’s Pacific coast. She earned a diploma in creative writing from the Caro y Cuervo. "Bajo el Yarumo" was the endresult of her involvement in the program. Vidal's story was first published in the Maletín de Relatos Pacíficos by the Instituto Caro y Cuervo y Fondo Acción in 2017. For more Velia follow her twitter account @VeliaMares.